Pongamos el foco en los sistemas -no en las personas- que deben cambiar.
Durante demasiado tiempo, las respuestas a la crisis de la obesidad se han centrado en los individuos. Es hora de que centremos nuestra atención en los sistemas que nos están fallando. Los sistemas sanitarios, los sistemas gubernamentales, los sistemas alimentarios, los medios de comunicación y los entornos en los que trabajamos y vivimos. Todos estos sistemas están contribuyendo al aumento de las tasas de obesidad en todo el mundo.
Debemos trabajar juntos para exigir cambios en estos sistemas, y las personas que padecen obesidad deben encabezar este llamamiento.
También debemos reconocer que la obesidad es una enfermedad compleja y crónica, y que además es la causa de otras enfermedades. Tomar medidas contra la obesidad es un paso fundamental para reducir la carga mundial de otras enfermedades crónicas como la diabetes, las cardiopatías y el cáncer.
Juntos, gobiernos, profesionales sanitarios, defensores de la salud y ciudadanos podemos transformar nuestros sistemas y construir un futuro más sano para las personas de todo el mundo.